miércoles, 18 de abril de 2012

Un tesoro encontrado


Navegando por la red me he encontrado este pequeño tesoro. Tesoro, no por la calidad del texto, sino por los recuerdos que me traen a la memoria. Por los sabores de aquella tarde del día de Andalucía cuando la banda de cornetas y tambores María Santísima de las Penas presentaba su primer trabajo discográfico y confiaban en un muchachote para que los guiara en aquel acto. Una tarde para no olvidar. Con mi gente de la Sentencia, con los amigos de mi Sentencia. ¡Qué pena no encontrar imágenes de aquel acontecimiento!

LAUDATE DOMINUM


Como la brisa mece las copas adormecidas de los árboles; como la mar acaricia la suave arena de la costa;
como el sol calienta a las rocas de la montaña en un día frío de invierno; como una madre acuna a su bebé,
a su nene, a su retoño mientras le canta una nana; como las amapolas van pintando de rojo los trigales verdes;
como el plenilunio riega de luz a las tinieblas. Así va apoderándose, Laudate Dominum, de las almas de quienes se atreven a escucharla, embriagándolas quedamente como si de un buen vino se tratase. Laudate Dominum es la nana que Jesús escucho en el pesebre, bajo aquella estrella de luz. Laudate Dominum...

MAESTRO DE FÉ

Con catorce años en su corazón la sintió, esta iba a ser su oración. Oración hecha trabajo, convertida
en desvelos, en notas que van y vienen, divinos caramelos. Esta nota le servía, esta otra la desechaba.
Entre clase y clase, la partitura cogía y de sueños la llenaba. Y un buen día, aquel ensueño que tuvo, en un marcha se transformaba. Tras muchas horas de ensayo ya se quedó montada. Su oración al cielo clamaba.
Seguro que Jesús a tu lado estaba, la FE mueve montañas y en eso Él es un maestro. Maestro de Fe...

ESAS PENAS DE TU CARA

Me acerco a Él, rodeado de silencio, en el mudo murmullo de Santa Teresa; lo veo allí, a lo lejos y me conmueve su humildad, su mansedumbre, su paciencia. El corazón llora, se acongoja, se llena de vacío, y ese vacío se va vaciando, llenándose de amor, a cada paso que doy. Mis pasos hambrientos devoran la distancia que me separa de Él, sin que mi razón pueda remediarlo. Es tan honda la tristeza de su rostro que mis ojos se niegan a acecharla, pero el corazón se ha llenado de amor y me impulsa a contemplarlo. Allí me quedo, frente a Él, absorto, ensimismado, meditabundo mientras suena en mi mente "Esas penas de tu cara". Tú lágrima contiene las notas de esta melodía. Esas penas de tu cara..

DE TUS PALABRAS

De tus palabras surgió el ungüento divino que rocía al alma humana, de tus palabras brotó el agua que llena los mares, de tus palabras se derramó la lluvia que hace florecer al campo, de tus palabras se apoderaron los jilgueros para clamarlas al viento, de tus palabras surgió la chispa que prendió a mi corazón, de tus palabras nacen las miradas de amor, de tus palabras está saciado el mundo aunque cerremos los oídos para no escucharlas, aún sabiendo que son mudas, que habitan en nuestro corazón. De tus palabras nacen las notas de amor, los quebrantos sonoros, las corcheas divinas que vamos a escuchar. De tus palabras...

AMISTAD

¡Nos os dais cuenta!, ella estaba con aquellos tres locos niños dispuestos a crear una cofradía,
cuando otros tantos se les unieron; alrededor de aquella mesa en aquella semana grande; cuando se reunían y se reúnen, cuando trasnochan, cuando desfallecen, mientras sudan dolor bajo el paso, donde pasan frío mientras crean notas y melodías de ensueño, cada Viernes Santo, en la Hora Santa. Esta hermandad es gracias a ella. Esta melodía surgió gracias a la de sus dos compositores. Me estoy refiriendo a la Amistad...

NOCHE OSCURA DEL ALMA

Martes Santo, Úbeda ha oscurecido. Nazarenos encapuchados, coloreados de marrón carmelitano se dirigen al templo. Son las diez y el Cristo de la Noche Oscura comienza su triste andar por la renacentista ciudad, un golpear metálico sobre los adoquines pregona su cercanía. De repente, la noche se hace día, por la belleza del Crucificado que todo lo ilumina. Pasa ante mis ojos, desaparece y en mi alma, de nuevo, oscurece. Lo sigo, lo llamo, quiero estar a su lado, preguntarle ¿qué es esto que entristece mi alma?¿Qué me ocurre cada Noche Oscura del Alma?

ENTRE AZAHARES

El plenilunio primaveral se vislumbra en el horizonte, aún lejano pero ya inminente. Los tempranos jaramagos pintan de amarillo el tímido vergel que se abre paso entre la yerta tierra. Las simpáticas orugas pululan por los caminos en busca de un cobijo de donde surgirán bellas mariposas. Las sendas de la ciudad se colorean, los niños sonríen con más fuerza, los amores se alimentan de la alteración sanguínea. En las noches, ecos de tambores y cornetas, llegan a mis oídos, advirtiéndome de la pronta llegada de la Semana Santa. La que tanto ansío, la que me trae incienso mientras veo a Cristo andar Entre Azahares...

ANGUSTIAS EN SAN ISIDORO

La Madre mece al Hijo yerto sobre su regazo, rodeada de cruces negras sobre fondo blanco,
bajo la gótica fachada de San Isidoro. Ya se va abriendo paso a través del huerto de almas que la esperan, ya se encapota el cielo, ya surgen sus palabras convertidas en lágrimas, ya suenan las trompetas convirtiendo esas mudas palabras en notas. Ya lanza la Madre un grito de angustia al cielo, ya se oye un alto de corneta a modo de quejío. Ya se va abriendo el cielo porque el sol quiere verla, quiere tocarla, quiere mecerla, quiere bailarla. Ya se va el febo, ya se lo llevan las nubes. Y la madre descansa. Ya está la Angustias en San Isidoro...

POR ÚBEDA

El Renacimiento se respira cuando entonan esta marcha. Cuando la tocan, en la Madrugá,
el espíritu de El Salvador lo introducen en las cornetas; el Hospital de Santiago se esconde en los timbales; la Trinidad se engalana; Santa María llora por estar tan lejos; San Nicolás abre sus puertas para capturar las melodías que le regala el aire; San Isidoro impacienta por el lento pasar del tiempo; San Pablo escucha las poesías que San Juan de la Cruz le susurra al oído; Santa Clara espera silenciosa; San Pedro se ilumina.
Todo esto ocurre Por Úbeda...

EN ORFILA

Los nervios se apoderan del costalero en el patio de Santa Teresa, los costales no se ajustan, las fajas quedan flojas, las cabeza se asoman asombradas para ver a los compañeros de fatiga en esa madrugada tan hermosa. ¡Qué bien tocan! ¡Cómo suenan! ¡Cómo está la plaza!....¡Vamos hacia dentro!
El silencio llena el interior del paso. Tres golpes ¡a esta es!, y ya está saliendo el paso del templo. El corazón es un puño y estalla cuando suena la Marcha Real. ¡Si, son ellos! Los mismos que tocaron hace un rato En Orfila...