OBJETIVO CUMPLIDO. MIRAMOS ADELANTE.
Cumplido
el primer objetivo de la temporada: llegar a la media maratón de Valencia y
moverme en los mismos registros que el año pasado en Córdoba.
Con mucha
ilusión y ganas por ponerle un resultado a tantas horas de entrenamiento, calor
y robos a la familia, me postré tras la línea de salida del XXXIII Medio Maratón de Valencia en una
calurosa mañana de octubre, donde la alta humedad ya me hacía sudar de lo lindo
en el calentamiento. Pistoletazo de salida y ahí van los negros, a ver quién
les pone el collar a esos galgos. Empiezo con tranquilidad, recabando
información de la máquina humana que llevan mis piernas. Miro el Garmin,
funciona. Miro las aceras, me motivan. Miro el horizonte, hay que andarlo. Me estabilizo,
me sereno y cometo el mayor error que he cometido desde que soy un pseudo-atleta: coloco el Garmin en la
posición de ritmo cardiaco, visualizando esa opción junto con la distancia
recorrida y el ritmo que se muestran por defecto. No quería guiarme por
tiempos, solo por sensaciones y pulsaciones, pero ahí estaba el dato del ritmo.
Mi objetivo era moverme en un ritmo que rondara el 3´45” el kilómetro y al
pasar por el kilómetro diez y ver que llevaba una media de 3´41” (en el
Garmin), me asustó un poco. Aunque las pulsaciones iban normalizadas, no
superando en ningún momento las 170, preví, conociendo lo que había entrenado,
que en algún momento llegaría el tío del mazo y de forma brusca; y me propuse
hacer los siguientes diez kilómetros manejando bien los tiempos y bajando el
ritmo para no encontrar ese desfallecimiento que mi Garmin me pronosticaba. Y
así, fui bajando el ritmo, del Garmin, hasta pasar el kilómetro 15 con un ritmo
medio de 3´47”. Ya estaba en lo pronosticado y apreté en los últimos seis
kilómetros para intentar acabar en el techo de 3´45” el kilómetro, que a la
postre me acercaría a la hora y diecinueve. Va llegando el final, porque las
calles se van aumentando el número de público que te jalea que queda poco. Última calle, veo la curva antes
de entrar en recta de meta; aprieto. Entro en los últimos metros y miro el
cronómetro de llegada: voy a rebasar la hora y veinte minutos. No me salen los
cálculos. Cruzo la meta, con la gran satisfacción de haber superado mi marca,
pensando qué ha fallado. Miro el Garmin, de nuevo, y en la distancia recorrida
veo el gran error: 21.380. La próxima media la corro con un casio.
Muy
feliz por el estado de forma en el que me encuentro, en definitiva. Terminé la
carrera sin apenas cansancio, apretando en el último kilómetro sin la sensación
de extenuación propia de los finales, y sin ningún tipo de molestia ni “agujeta”
en el día posterior. Algo que me satisface de manera doble: por el nivel de
forma que poseo y por la buena planificación de los entrenamientos que he
realizado.
Acabamos
la etapa básica de la temporada con muchos kilómetros en las piernas (no voy a
hacer cuentas ahora, pero son muchos), con esta semana de transición y
descanso, donde realizaré un test para corroborar lo que más o menos voy
conociendo; y entramos en la etapa específica de la campaña, donde bajaremos el
kilometraje para centrarnos más en la bajada de ritmos en los entrenamientos de
calidad y en los días de carrera media (que se convertirán en carrera rápida).
Nos olvidamos por un tiempo de los 21.097,5 metros, para centrarnos en la
temporada de cross, realizar algún control federado y correr el 10k homologado
que espero encontrar prontamente.
Seguimos
en la brecha, ¿no?. ¡¡¡Corred, insensatos!!!
ENTRE EL PRINCIPIO Y VALENCIA
Quince.
Esa es la friolera cifra que indica los días que quedan para asaltar de nuevo
los 21.097,5 metros de la ciudad de Valencia. Friolera, sí, y no por el frío
que vaya a pasar en el durante, sino por los escalofríos que a uno le entran en
el pre, en esta fase en la que me encuentro, cada vez que lo pienso o lo atisbo
con el pensamiento. El trabajo, a falta de esta última semana de carga, está
realizado: este primer periodo de la temporada llega a su fin con la tarea
principal de memorizar el ritmo de 3:40-3:50 en las piernas. Ahora solo queda
ver el fondo y el aguante que tendrán ese día, y sobre el asfalto.
Las
últimas tres semanas, en la que he mantenido este mutismo por falta de tiempo,
han transcurrido bajo la tónica de la normalidad en los entrenos, exceptuando
un par de días de resfriado en los que el cuerpo entrenó a menores
revoluciones, y la última semana, la de la feria de Úbeda, dividida en una
primera mitad muy buena y una segunda mitad muy mala, a raíz de una larga
jornada de trabajo en la caseta de mi Hermandad y otra larga jornada de
diversión y excesos con mi comparsa La Impresentable (menos mal que el rodaje
progresivo de ayer domingo me ha devuelto el optimismo y las buenas
sensaciones). En la primera semana de estas tres, introduje un plus de
explosividad en los entrenos de calidad y resaltaré un entreno de 2x8x300 a una
media de 54 segundos la serie, con 40 segundos de descanso entre ellas y 2
minutos entre grupo; y en las últimas dos, que han sido iguales a las dos
primeras de este mesociclo de seis semanas, con sesiones de gran kilometraje,
tanto de calidad como de rodaje.
Esta
semana acabaremos el mesociclo con un día de gimnasio/cuestas (según me
permitan mis quehaceres familiares y laborales), otro día de tres ritmos de 2km
en progresión, un día de series 2x4x500 abriendo cada grupo con un 1500, otro
día de series 2x5000, y un par de rodajes de hora y cuarto. Terminaré el
domingo con un descanso de órdago. Me lo merezco.
En otro
orden de cosas, ya estoy inscrito en el circuito de cross de la Diputación de
Jaén, en la modalidad de cross corto. ¿Objetivo? Correr fuerte, nada más.
¡¡¡Corred,
insensatos!!!
SALIMOS VIVOS DEL INFIERNO
Terminó la semana y, sí, salimos vivos del infierno.
Perdonando solamente el entreno del sábado, cambiando un rodaje por la activación previa a la carrera de Begijar, me presenté en la vecina ciudad con 80 kilómetros en las piernas y una semana anterior que, como ya comenté, terminó superando la centena. No sabía a lo que me enfrentaba y, ante este desconocimiento, empecé a rodar en cabeza (bueno, en cabeza no, pues estaba formada por la piernas de Juansa y a este hay que echarle el lazo para cogerlo) junto a Manolo Lara y Villacañas, tras descolgarse un grupeto de 5 corredores entre los que se encontraban Gabriel y Juanma. El ritmo, en los primeros seis kilómetros, con un perfil llano y de bajadas; se hizo llevadero, rondando la media de 3´35" el kilómetro. Aquí fue donde visualicé lo que puedo llegar a dar en la próxima media de Valencia, pues hubiera podido aguantar perfectamente, sin llegar a valores grandes de sufrimiento, unos diez kilómetros más. Ojalá y estas sensaciones se hagan realidad, aunque tampoco es el principal objetivo este de Valencia, sino el siguiente envite con la distancia en Murcia, allá por el mes de marzo. A partir del kilómetro 6,5 todo cambió, y el camino, hasta la meta, dejó de tener bajadas, tendiendo durante más de 8 kilómetros hacia arriba. En la parte de carril hubo dos grandes rampas que aminoraron radicalmente el ritmo, quedándose Manolo Lara en la última rampa antes de la llegada a la localidad. Una vez allí, en la primera rampa asfáltica, me separé de Villacañas sin llegar a cambiar de ritmo y rodé en segunda posición hasta el kilómetro 12, donde tuve que pararme en seco, para coger aire y restablecer el pulso, perdiendo la ventaja con Antonio. A partir de ahí seguí la sombra de Villa, con el pulso totalmente normalizado, esperando luchar por la segunda posición en un sprint final; pero Antonio pegó un pequeño ataque a 800 metros de meta que mis ajadas piernas no pudieron aguantar. Una carrera para el recuerdo que terminé cruzando la meta en tercera posición, y dedicando el esfuerzo y el éxito a mi recién fallecida abuela Pepa, que seguro me echó un cable desde arriba. Seguro.
Entrada a meta |
Hoy lunes, mientras escribo esta crónica, me encuentro en día de descanso (y con un gran mono por la acumulación de endorfinas sin quemar). Mañana comenzaremos con la tercera semana de este mesociclo de choque, con un rodaje de hora y veinte minutos. Tendremos miércoles y viernes los entrenos de calidad: miércoles con series de 300, para ir ofreciéndole a la musculatura ocasiones para desempolvar la explosividad; y viernes con dos ritmos de 15 minutos que deben rondar a 3´30" de ritmo. Sábado rodaremos el mismo tiempo que martes y domingo haremos 40 minutos de carrera media. El jueves, gimnasio.
Podium de la general |
Seguimos sumando, y si sumamos encontrándonos sorpresas, gratas; mejor que mejor.
Nos vemos en los caminos, el tartán o en el Parque Norte. Corred, insensatos!!!
XII-XIII
Cumplida esta primera semana de este largo mesociclo de choque en el que nos encontramos. ¡Y vaya tela! 113,8 km me ha chivado mi Garmin que se han escapado mis piernas. La respuesta, es decir, la percepción subjetiva del esfuerzo es altamente gratificante porque aunque haya habido dos días de extrema dureza, las sensaciones han sido geniales, en general, y no ha habido entreno en el que se me haya pasado por la mente la palabra abandono.
Buenos ritmos en los entrenos de calidad con descansitos muy pero que muy pequeños, donde pondremos de ejemplo los cinco dosmiles del viernes, a una media de 3´40" el kilómetro con descansos de dos minutos entre series.
Contento también con el comportamiento de la patata: se cuaja rodajes de hora y cuarto, a ritmos medios de 4´35" a 137 ppm de media, alcanzando las 145 ppm de máxima. Buena señal para el futuro: para la preparación específica.
Nos metemos de lleno en la decimotercera semana de entreno con un esquema prácticamente igual al de la semana pasada, aunque disminuirá sensiblemente el kilómetraje de la calidad para sustituirlo por un pequeño empuje en el esfuerzo; y sustituimos las cuestas largas por cuestas cortas de esfuerzo explosivo. Con el día de gimnasio finalizado, nos queda el IT Ruso, mañana; el rodaje del miércoles, las cuestas del jueves, tres tresmiles el viernes, una activación el sábado y, aquí quería llegar, la Bexijar´s Inferno que correré el domingo, sustitutiva de la carrera media programada y que me certificará que las sensaciones se van haciendo realidad. No espero mucho de la carrera, ya que el perfil es diametralmente opuesto al de la media maratón de Valencia y las piernas estarán con casi 200 kilómetros en quince días, pero permitirá volver al éxtasis de la competición y ver si la patata, el corazón, es cierto que está tan bien.
Nos vemos en los caminos, en el tartán o en el Parque Norte. Corred, insensatos!!
XI-XII
Llegamos a la duodécima semana de la
temporada 13/14, con el “relax” en el recuerdo de la última semana de
entrenamiento: semana de descarga o compensación, donde hemos tenido 5 días de
actividad y dos de descanso. En la actividad tuvimos un primer día de cuestas
de 200 metros, realizadas entre el 70-80% de mi FCMax; el martes, donde mis
piernas y yo nos hicimos 7 miles, todos entre 3´30” y 3´35”, y donde la patata
no sobrepasó las 167 PPM; un tercer día de rodaje, con sesenta minutos de
intenso descanso; el viernes, tras el descanso del jueves, hicimos un test de
10 minutos donde recorrimos la distancia de 2900 metros, a 3´27” el kilómetro;
y, antes de terminar la semana con otra jornada de descanso, el sábado
alternamos 7 kilómetros de “paseo” con un intenso ritmo de 5 kilómetros que
tenía programado a 3´50” el kilómetro y que, siguiendo sensaciones, terminó a
3´38” y una sonrisa en mi cara.
Ha sido una semana aprovechada y provechosa,
donde las buenas sensaciones han vuelto a mi mente, y la volatilidad y ligereza
han regresado a mis piernas. Una semana
de transición y descanso antes de adentrarnos en el siguiente mesociclo: un
mesociclo de choque de una duración de 5 semanas, donde ascenderán de forma
interesante la carga de kilometraje y disminuirá el descanso, en los
entrenamientos de calidad, manteniendo ritmos superiores a los de la
competición.
Esta semana nos subiremos al carro de los 115
kilómetros divididos en un día de gimnasio, dos rodajes de una hora y quince
minutos, un día de cuestas largas, dos entrenamientos de calidad: el martes con
un interval ruso de esos que te ponen como motos y el viernes con 5 dosmiles;
terminando la semana con una tiradita de hora y media con ritmos progresivos.
Es una semana típica donde solamente pensar en ella hace temblar a las piernas
y aflojar el espíritu. Menos mal que todo ello se olvida cuando empieza a sudar
la piel.
Seguimos pensando qué correr, en modo
competitivo, e ir cogiendo tono competitivo para la primera gran cita del 20 de
octubre. La fecha idónea hubiera sido el fin de semana del 21/22 de septiembre,
pero ante la ausencia de pruebas en esa fecha y la aglomeración existente en el
fin de semana anterior, me decidiré en breve por la infernal prueba de Begíjar
o la Subida a Bailén desde Zocueca. Las sensaciones de esta semana me dirán qué
escoger.
Nos vemos en los caminos, en el tartán o en
el Parque Norte. ¡¡Corred, insensatos!!
UNA NUEVA TEMPORADA
UNA NUEVA TEMPORADA
Abro esta nueva sección en el blog, dedicada íntegramente
a mi faceta atlética, con el fin de ir contando mis peripecias en este mundo
del running/atletismo y me sirva como diario para ver las evoluciones y sensaciones,
para poder compararlas en futuras ocasiones.
Tras una primera temporada, la 11/12, en la
que comencé a correr con el único objetivo de recuperar la forma y la buena
salud que, años de sedentarismo, habían mermado considerablemente, una primera
temporada en la que saboreé la miel de cruzar la meta de un objetivo, en la que
fui mejorando de la mano de José Antonio Redolat y sus planes por internet;
tras una segunda temporada, la 12/13, inmerso en el grupo de trabajo de Javier
Jiménez Lindes y los atletas de mi equipo, el C.A. Podología Galey, donde
empecé a conseguir algunas cosillas y logros en este mundo; allá por el mes de
julio comencé esta nueva temporada que terminará, debido a la anual llegada de
la alergia, en el mes de mayo. Este año, en un principio, he desistido de ser
guiado por un entrenador, para sacarle “provecho” a los conocimientos que mi
titulación académica y demás formación, referente al acondicionamiento físico,
pueden ofrecerme. Los resultados serán juez para tomar futuras decisiones en
cuanto a las circunstancias que rodearán mis entrenamientos.
Los principales objetivos para esta temporada
serán superar la marca de 1h21´20” conseguida en la Media maratón de Córdoba
2012 y homologar una marca en 10K en ruta. Para el primer objetivo la vista
estará puesta en el mes de marzo, en la media maratón de Murcia, pasando antes
por Valencia, el 20 de octubre, donde, según la planificación, debo estar cerca
de mi MMP. Para el segundo objetivo esperaremos al Circuito Divina Pastora de
la RFEA y la confirmación de la celebración de la prueba en la capital
andaluza. Mientras tanto competiremos en el circuito de cross de la Diputación
de Jaén, en el que aún no he decidido si tomaré parte del Cross largo o
intentaré mejorar mi decimoprimer puesto en la general del año pasado en la
modalidad de Cross corto; y tomaremos parte (pendiente aún de confirmación de
fechas) en las competiciones que el C.A. Podología Galey decida asistir de
forma conjunta.
Inmerso aún en la preparación general de este
primer periodo preparatorio, en la decimoprimera semana, seguimos sumando y añadiendo
kilómetros a las piernas, llegando en esta última semana a la cifra de 105
kilómetros. Se está haciendo un pelín larga, debido principalmente a la “obligación”
de correr en soledad (principalmente porque todo atleta ubetense se ha dedicado
a descansar estos dos meses) y bajo los rigores del calor, rigores que hacen
malas, o menos buenas, las sensaciones antes, durante y tras los entrenos.
Momentos de mi participación en la Carrera de Bedmar para ir probando la maquinaria. 5 km de perfil duro a una media de 3´42" (contento a medias). |
Hasta ahora la preparación ha consistido en
un primer mesociclo introductorio de tres semanas de duración en el que se
alternaron rodajes, fartleks y cambios de ritmo; al que siguieron dos
mesociclos de desarrollo donde semana a semana han ido aumentado el número de
kilómetros y el tiempo de duración de los entrenos de calidad. En la última
semana de este tercer mesociclo de desarrollo me encuentro, en plena fase de
compensación y asimilación de lo trabajado en estas últimas tres semanas, a las
puertas del penúltimo mesociclo de esta etapa preparatoria, en el que los
entrenos de calidad cambiarán de escenario, dejando atrás el polvo del camino
para adentrarse en el tartán, lugar este donde mi mente rinde al cien por cien
y mis piernas dan lo máximo en los entrenos. Seguiremos sumando kilómetros en
los rodajes, trabajando la potencia muscular con sesiones de gimnasio y días de
cuestas, y mantendremos la calidad en tiempos de competición y poca
recuperación.
Seguiré pasándome por aquí, con la asiduidad
que mis quehaceres me permitan, para ir contando mis devaneos con el asfalto,
el tartán o el polvo.
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