martes, 8 de noviembre de 2016

Falta de deberes


Querido docente (docenta no entra ni con tinta y queridas sois también todas las docentes). Como si no hubieran tenido ustedes suficientes trabas y dificultades a la hora de llevar a cabo sus funciones, desde que nuestra ralea política se empecinara en crear nuevas leyes educativas para romper otras que ya habían suprimido las anteriores;  como si no tuvieran que jugar constantemente a ser magos y funambulistas en nuestros colegios, replanteando presupuestos porque el dinero proveniente de la Administración nunca cumple los plazos previstos; como si no bregaran día a día con ratios superiores a las estipuladas en esas cambiantes leyes educativas, como si no tuvieran que ver mermado el número de compañeros un curso sí y al otro también. Como si no tuvieran que recordar todas sus mañanas que la puntualidad es un requisito indispensable para el correcto funcionamiento de sus clases; y decir que el descanso es un derecho fundamental de todos sus discentes; y la alimentación básica de un niño no se basa en bollería industrial; y que los conflictos se solucionan con el diálogo; y tantas y tantos que no debieran ser su responsabilidad y que por amor a su trabajo realizan.

Como si no tuvieran suficiente, ahora, desde la Confederación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos, se atenta contra su trabajo, programando los fines de semana del mes sin el trabajo de los llamados deberes. Se atenta contra el papel de líder que el maestro se ha ganado en el devenir de nuestra española historia, porque, por lo visto, nuestra educación falla porque a los niños se les encomienda la tarea de ser responsables durante un pequeño tiempo en sus hogares; porque olvidamos que los deberes lo son para ellos y nunca se han prescrito para los padres.
Y argumentan con el paradigma nórdico de educación, sin conocer las variables que lo hacen posible y las nocivas consecuencias que plantea su desarrollo. Argumentan eso que llaman asignatura del tiempo libre, cuando robamos ese tiempo libre con infinidad de actividades extraescolares que saturan a nuestros hijos, cuando los dejamos bajo la educación libre de la televisión y las nuevas tecnologías.


Mis respetos hacia su trabajo, querido docente. Yo creo en los deberes. Quizá el fallo resida en la falta de deberes en esos padres que promulgan ese amenazante #NoalosDeberes.