miércoles, 27 de noviembre de 2013

Absalom, absalom!!


Tras la lectura de Mientras agonizo, que hizo creerme faulkneriano, recién acabo de cerrar los postigos de este Absalom, absalom!!; y solo me queda incidir en el profundo respeto que han despertado en mí las futuras lecturas que haga de la prosa faulkneriana. Porque, volver, pienso volver.

Andando de puntillas sobre la esclavitud, el amor, la soledad, la guerra Norte-Sur usamericana; con sus continuas idas y venidas sobre las escenas principales de la novela, como las continuas idas y venidas de sus protagonistas a través de las millas que separan el Ciento de Sutpen de todo lo que le rodea; Faulkner nos invita a reflexionar sobre los flecos que quedan sin hilar: la esclavitud, el amor, la soledad, la guerra Norte-Sur usamericana. Con una prosa espesa, pero no por ello agotadora, pues la belleza inmersa en ella hace del esfuerzo la recompensa; con la concatenación de frases subordinadas: culpables de que a veces se olvide la frase principal; Absalóm, absalom!! se erige en un texto difícil de digerir para ciertos estómagos lectores: un texto que precisa de una atención desmesurada y la ausencia de prisa por descubrir nuevos acontecimientos que aligeren la novela.

Usa el presente para hablar del pasado. El presente en la voz de unos actores secundarios, narradores de las andanzas de los protagonistas. Un presente que, como tal, solo puede hacer conjeturas sobre la realidad acaecida en el pasado. Ahí es donde radica la magia de esta novela, en la pseudo-realidad que los distintos narradores van pintando sobre el papel inmaculado del lector. Pseudo-realidades, piezas de un puzzle que vamos montando sobre la muestra que el autor nos propone en las primeros párrafos del libro.
La familia Sutpen, núcleo sobre el que gira la trama, surge a partir de la pérdida de inocencia del protagonista principal: un toc-toc sobre una puerta a la que le niegan el acceso; y a partir de ahí un patrimonio que crece en la obstinación por cruzar ese pórtico prohibido, y que el amor, la guerra y la soledad se ocupan en destruir poco a poco.

Novela profunda. No por el fondo, sí por la forma. No apta para todos los lectores.

martes, 15 de octubre de 2013

La quema

Ama y sobrina abrieron la puerta, y sobre la mesa yacía la causa de su locura. Lo echaron a la hoguera, ignorando si algo merecía salvarse.


viernes, 30 de agosto de 2013

La impresentable


Aunque la ilusión y las ganas sean enormes, aunque se impacienten mis yemas y se haga un nudo la lengua, aunque los temblores recorran mis veredas por el fracking que se está llevando a cabo en mis entrañas, aunque sueñe con todo el trabajo finalizado en estas vísperas de la nada, aunque todo se abra a mi paso, aunque todo lo pueda, aunque crea ser creador; todo esto es una mentira, un veneno para su antídoto: en el fondo solo hay pereza, miedo y respeto.

No me gusta llevar la cuenta porque no me siento más viejo, ni menos fuerte, ni más ignorante pero los vinos, dicen, que ganan con los años. Eso debe ser verdad: Maikel ha ganado con los años la mejor música de pasodoble a la que ponerle tinta, mi Moral Reyes se está ganando a pulso el epíteto de maestro con h, hmaestro; el grupo humano siempre será eso, un grupo humano, con las ganas de aprender y seguir avanzando que se le presuponen a su especie. Espero no ser el tonel que pique la cosecha.

Con la música en mi mente dando vueltas. Con la pereza, casi vencida; el miedo, casi aplacado; y el respeto y la humildad, siempre por bandera. Con todo por soñar.


Me voy. Es hora de unirse a La impresentable: mi comparsa, la nuestra, la vuestra.

martes, 12 de febrero de 2013

Preguntas


-                   -   ¡Deja ya de preguntar tanto y cuéntame algo de ti! – le dije sin nada más que contar.

          -   Lo siento. Soy un adicto al trabajo.


-   

martes, 8 de enero de 2013

A prueba


Me pongo muy nervioso. Son los días claves para demostrar que he sido un niño bueno. Nada puede desviar mi atención. El beso con el que recibo a mi padre al llegar del trabajo me indica que ha llegado la hora.

-          Mamá, dame la basura.

Mientras ella cierra la bolsa, a hurtadillas, toco el fondo del bolsillo del abrigo para asegurarme que aún sigue ahí.

-          No tardes en subir. No hables con nadie. – Me dice.

Bajo las escaleras, abro la puerta y me recibe el gélido aliento de la noche. Tengo que darme prisa o mis padres empezarán a sospechar. Abro la tapa del contenedor, aguanto la respiración. Ya está. Ahora corre.

El banco está en la esquina, no lejos, pero lo suficiente para llegar jadeando por el esfuerzo. Él me está esperando. Lo sé. Me vigila. Y yo no puedo fallar. Saco del bolsillo el desayuno de cada mañana  y se lo ofrezco como cada noche.

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-          Come, come, Gaspar, - mascullo mientras subo las escaleras -  a mi no me engañas.


jueves, 3 de enero de 2013

Esta semana, dos de ciento cuarenta

Esta es la tercera semana que participo en el concurso de microrrelatos de menos de 140 carácteres que la web El Cultural realiza. Esta semana han sido dos los "micros", y el tema conductor era "Ceniceros". Ahí van.

DEPENDENCIA


Los consejos y esfuerzos no derrotaron a aquella nociva dependencia. El cenicero ensangrentado junto al cuerpo certificaba el triste final.


PUNTO FINAL

Ciento cuarenta símbolos en la pantalla del ordenador y un cigarro recién apagado sobre el cenicero. De nuevo surgió la historia.