viernes, 30 de agosto de 2013

La impresentable


Aunque la ilusión y las ganas sean enormes, aunque se impacienten mis yemas y se haga un nudo la lengua, aunque los temblores recorran mis veredas por el fracking que se está llevando a cabo en mis entrañas, aunque sueñe con todo el trabajo finalizado en estas vísperas de la nada, aunque todo se abra a mi paso, aunque todo lo pueda, aunque crea ser creador; todo esto es una mentira, un veneno para su antídoto: en el fondo solo hay pereza, miedo y respeto.

No me gusta llevar la cuenta porque no me siento más viejo, ni menos fuerte, ni más ignorante pero los vinos, dicen, que ganan con los años. Eso debe ser verdad: Maikel ha ganado con los años la mejor música de pasodoble a la que ponerle tinta, mi Moral Reyes se está ganando a pulso el epíteto de maestro con h, hmaestro; el grupo humano siempre será eso, un grupo humano, con las ganas de aprender y seguir avanzando que se le presuponen a su especie. Espero no ser el tonel que pique la cosecha.

Con la música en mi mente dando vueltas. Con la pereza, casi vencida; el miedo, casi aplacado; y el respeto y la humildad, siempre por bandera. Con todo por soñar.


Me voy. Es hora de unirse a La impresentable: mi comparsa, la nuestra, la vuestra.

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