Sigo
aquí; cumpliendo la promesa que surgió de mis labios en aquel instante último,
cuando dejaron de besarte. Si fui capaz de acercarte la Luna en aquella noche
de verano, este platónico calvario, al que me postran nuestras diferencias, es
misión baladí para el martirio de tu amado. Es tan igual, el tacto de esta
tierra que piso, a aquella que baña la azulada sal donde te perfumas cada
mañana; que es atroz pensar en la finita distancia que separa nuestros mares.
Nuestros mares, tan distintos; nuestros seres, tan iguales. Aquí sigo,
esperando que tus noches se hagan oscuridad, para cumplir sin remedio la
promesa de estar siempre contigo cada vez, bajo la Luna llena. No tengo nada
que hacer, solo cuidar que nuestro Sol nunca deje de iluminar; solo esa es mi obsesión
hasta que llegue el momento de poder besarte otra vez. Es un pequeño paso para
mí, es un gran paso para nuestro amor. No te olvides de mi Luna, no te olvides
de mí. Tu selenita.
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