jueves, 8 de mayo de 2008

Un informe distinto


Mi informe va mucho más allá de una sesuda y estudiada cronología histórica sobre estos veinticinco años de vida. Mi informe es una espontánea y furiosa reflexión sobre lo que realmente importa, haciendo grande y especial esta cofradía. Ojala tuviera el valor y la costumbre de mi amigo Blas para hablar así de mi cofradía para intentar convencer al señor obispo del porqué se debe realizar la procesión extraordinaria de Nuestra Señora de Gracia. Pero no tengo ganas, conocimientos ni ilusión por contarle de esa manera lo que es mi cofradía.

Mi informe más bien hablaría de un Lunes Santo, por ejemplo, y los cientos de personas que se persignan al paso de la señora – porque “señor” le estoy hablando de la Señora – durante el andar sobre las calles de su pueblo; le hablaría de cada una de esas personas que se santiguan y le contaría que la mitad no pisa sus templos aunque todos los Lunes salen en busca de la Madre de Dios; le hablaría del tumulto en silencio de San Lorenzo y de la gozosa algarabía que Santa María siente aún en su destierro. Pero a usted qué le importan estas cosas si quizá ni haya contemplado el rostro de Mi Madre: seguramente mi amigo le contará quién fue su escultor pero no le contará que horas antes de morir, Ramón Cuadra, fue a visitar a la Señora y se despidió de ella: pero esas cosas no son de su incumbencia y carecen de sentido católico. Usted está más preocupado en cagar decretos que son fiel reflejo de lo que es la Iglesia hoy en día: la cima de una montaña que poco a poco se desertiza y ve como la hierba se amontona en la llanura, en la llanura.

Este es mi informe, señor obispo, que no entiende la negación a una misa de campaña porque no veo por ningún lado el daño que con ello se podía causar al fiel de su Iglesia; no entiende del no a salir como siempre se ha hecho de Santa María y la Señora tenga que salir en andas y no en palio como las reinas, como ella se merece – espero que cuando usted cumpla veinticinco años de su obispado le obliguen a ponerse un triste anillo de hojalata -. Este es mi informe que le dice a la cara que son ganas de dar por culo, con todas las letras. Usted no ha oído hablar de una niña ciega que postrada frente a la Señora le dijo a su madre que esa era la virgen azul que veía en sus sueños, ¿verdad?, pues yo se lo cuento para que se sienta más gozoso con las cosas de palacio. Acote nuestra forma de trabajar pero no nos quitará la ilusión por trabajar.

Mi informe le hablaría de costaleros, de niños que sueñan con una trompeta, de muchos infantes que han aprendido a tener Fe, Esperanza y Caridad mirando la cara de la Señora y no en sus templos, ni leyendo sus decretos. Mi informe le hablaría del pueblo llano, del pueblo devoto a Nuestra Señora de Gracia, de la gente que trabaja todo un año entero para que luego llegue usted con sus leyes y les joda sus ilusiones, que por otra parte no hacen mal a nadie. Le puedo decir con este informe que íbamos a realizar un acto digno de la Señora y de su Iglesia y al que usted, con su empeño, va a bautizar con barro. Ojala y las cosas cambien, porque la verdad que no se como va a acabar todo esto.

Mi informe podría hablar de muchas otras cosas pero la lengua me arde y los dedos se me aturullan: bienaventurados los pobres de espíritu porque de ellos será el reino de los cielos. Espero encontrármelo a usted y a los de su calaña en el cielo sin decretos de por medio.

Sólo faltaría que la Señora llorase.

5 comentarios:

E. Santa Bárbara dijo...

Yo no lo hubiera expresado mejor.

Saludos y suerte.

José Carlos dijo...

Medi, con la Iglesia hemos topado, nunca mejor dicho, con esa Iglesia que se empeña en poner obstaculos a la fe y la devoción hacia una Imagen, porque según ellos esa no es la verdadera fé.
En fin, es lo que nos toca aguantar.

Un abrazo amigo

Anónimo dijo...

espero que la llena de gracia haga un milagro y que nos pueda das fuerzas para que su gran dia el 31 de mayo pueda salir por esos rincones de nuestra ubeda para uqe puedan verla todos sus fieles a la madre de nuestro señor

Anónimo dijo...

MOLINA:

La espera merece la pena, y la espera es recompensada, y la recompensa llena el corazón del que creé de verdad, y ELLA sabe donde está la verdad.
Un abrazo amigo.

Daniel Madrid Pastor dijo...

Qué bien escribes, y qué razón tienes en todo...

Un abrazo de Dani.