lunes, 2 de junio de 2008

El hombre que quiso llegar a la cúspide


De nuevo se abrirá la Puerta de la Adoración, de esa Santa María que sabes tanto me duele, otro Lunes Santo o algún jueves previo a ese Lunes que tanto nos ha unido y el sábado me dijiste que ya no estarás más allí, en ese momento que nos embriaga el alma, dándome esas órdenes llenas de carisma personal y de amor hacia Nuestra Madre; y aún sigo sin creérmelo, sin asimilarlo, sin imaginármelo. De qué manga has sacado esa carta, amigo Rafael, dónde has encontrado ese póker y has dejado de apostar.

No se en que noche fue cuando me dijiste lo del veinticinco aniversario, despedirte a lo grande, en la cúspide, tras hilar una cuadrilla de costaleros que ahora saben hacer las cosas bien y poner punto y final a una etapa grande en tu vida y en la vida de tu cuadrilla, pero ese momento no era el sábado pasado ni el lugar esa Santa María que tanto me duele, porque tan inesperada fue tu noticia que nadie la ha asimilado todavía y los que sudamos el costal al arrullo de tu voz seguimos pensando, en el próximo mes de Enero, recibir una carta firmada por ti, llamándonos otro año a esos días de bohemia e ingravidez de los ensayos, a esas noches de fiesta contenida junto a la academia; esas noches de niños con una cerveza en la mano, soñando con un Lunes que te ha traído loco durante nueve años. A quién le voy a contar lo que creo que se debe hacer, quién me va a pedir opinión para andar tal o cual marcha, es más, quién va a hacer tocar el llamador de mi corazón cuando necesite darte un abrazo al salir del amparo de mi madre. No se en que noche fue cuando me dijiste lo del veinticinco aniversario pero ese día aún no ha llegado.

No sabré las razones que te han llevado a tomar esta decisión aunque las respeto, pero respeta a los viejos, esos que llevan contigo una vida, a los nuevos que han aprendido a rachear el paso oyendo la guía de tu voz, a esa calle Juan Pasquau preñada de tu eco, a esos callejones a los que has respetado, a los que se fueron porque se sienten dentro al oírte, a los que se van porque serán como los que se fueron, a los que nombras porque ese pellizquito les hace resucitar, a Nuestra Señora porque quizá no sepa andar como lo hace si no te ve entre la cera que la ilumina. No sabré las razones que te han llevado a tomar esta decisión pero te muestro un mundo al que le harás mucha falta.

No se el tiempo que durará esta tregua en la que me mantengo: el día que me encuentre de nuevo contigo y te mantengas en tus trece; por eso prefiero soñar recordando ese sublime sábado de Su aniversario, cada paso de mis hermanos costaleros, cada orden de mi cuerpo de capataces, cada petalá, cada revirá, cada levantá, cada arriá; el doblez de mis rodillas a cada metro que nos acercaba a esa Santa María que tanto me duele, e imaginaré que me encierro en el templo y en la última levantá no has dicho nada; que salgo del paso y te encuentro llorando de alegría por el buen momento pasado. No se el tiempo que durará esta tregua, Rafael, y que en su duración nos veamos muchas veces los Lunes de nuestra alma, yo con mi costal y usted de capataz. Capataz de corbata estrecha y de guante ancho, acariciando su llamador porque es la única manera de acariciarnos a los que somos tus costaleros: los costaleros de tu Madre.

Aún nos quedan muchas bodas que recordar y muchos hijos que bautizar. No deje huérfana su cuadrilla como lo hizo con el mundo del carnaval.

P.D.: Le escribo esto aún sabiendo que, si decide seguir en sus trece, el próximo capataz sabrá hacerlo mucho mejor que usted. Pero usted es “mi capataz”.

4 comentarios:

Rafael Martinez Redondo dijo...

Señor Medina, es usted un..................magnifico amigo, una inestimable persona, un cabellero, un señor, etc, pero lo principal como en otros foros han dicho, un BUEN hombre, y una MEJOR persona. desde lo más intimo de mi alma, jamás (JAMÁS)te podré agradecer unas tan bonitas, y que desprendan tanto cariño. fijesé lo que es la vida "Ella" nos unió, y yo seré quien rompa esa unión, no le miento cuando le digo que estos días están siendo muy intensos, pues uno no se imaginaba ni el mejor de sus sueños que un grupo de "locos" por Nuestra Señora, lo tuviesen en tan alta estima, tanto es así, que han hecho replantearme muchas cosas, muchas, y sentirme el hombre más afortuzado del mundo, por poder decir, estos SON MIS AMIGOS y se me llena la boca y el alma con ellos, gracias Hermano, Gracias TÚ. Ole mi Medina, ¡sigue marcando Medi!, que el paso tiene que seguir andando, Al Cielo, siempre al cielo!!!!!

Rafael Martinez Redondo dijo...

Perdón quería decir que no seré yo quien rompa esta relación, disulpa , la emoción me juega estas pasadas.
Disculpa el resto de faltas, pero no he podido repasarlo, por culpa de la amiga que te he comentado antes, un fortisimo beso hermano.

Antonio M. Medina Gómez dijo...

Espero verle pronto, en alguna tertulia de las nuestras y que me cuente qué es de su vida.
Que desde el sábado me parece que te has ido muy lejos.

Un abrazo hermano.

Rafael Martinez Redondo dijo...

Nos veremos pronto Medi, quizas antes de lo que piensas...