martes, 25 de marzo de 2008

UN SALUDO A LA BELLEZA

Se encendió una vela, luego otra y así hasta iluminarse la fría oscuridad con la perpetua belleza de la diosa del Lunes Santo. Fue retroceder y de nuevo vi que su rostro tenía el júbilo inaudito, el que nos regala cuando se sabe callejera, cuando abandona la soledad y el silencioso ruido de un templo melancólico y frío. La tranquilidad del templo también reinaba fuera, solamente amenazada por el eco de unos tambores que bajaban por la calle Real y el reflejo de la madera de una cruz que ya asomaba por la calle Juan Pasquau. Los tres golpes de un tarugo sobre el suelo me marcaban la distancia que separaba mi corazón del momento que aún no era realidad en mi vida y, acariciando con mis manos el frío oro de un bastón de mando, me sumergí en la oración que decenas de nazarenos me mostraban. Susurré un amén por cada destello de luz escondido en los ojos contenidos tras el capuz. Y de repente, ahí estaba Él. No sabré nunca hacia donde viajó mi consciencia pero volvió y el capataz ya mandaba un “derecha adelante, izquierda atrás” que encaraba Su mirada portadora de esa lágrima hacia la luz que la Gracia siempre está regalando con Su mirada… y la casa de Pilato rozó la casa de Dios porque así lo quiso el hombre; porque el hombre quiso endiosarse llamándose Costalero. ¿Qué mayor hermosura quiso el hombre encontrar que ver cómo se dictaba Sentencia en la Gracia reflejada? ¿Qué mayor divinidad quiso Úbeda soñar y la encontró en una madrugada de cualquier tiempo ya pasado, en un recóndito rincón de su imperecedera memoria? Allí, ante la puerta de San Pedro, nos regalo la eternidad un pedacito de su cielo. ¡Al cielo! Y allí se fueron nuestras miradas y bajó del cielo la Suya, la de Ella, para hacerse madera viva viendo como Su hijo se marchaba porque ya era tarde y la noche se adueñaba del hombre, volviéndose cansancio. Y se cerraron las puertas de nuevo y limpié los recuerdos y las emociones que de mis ojos brotaron con la oscuridad que se hacía con la aparición del humo de unos cirios. Y se cerraron las puertas de nuevo cuando pisé el lugar que ya es historia del ubetense, que ya es bella historia de Úbeda porque la juventud así los quiso; porque la Gracia y la Sentencia así lo quisieron; porque la juventud de la Gracia y la Sentencia ya son historia de una Úbeda que se engalana cuando se abren o se cierran las puertas gracias a estas dos hermandades. Así lo quiso el hombre y se sirvió de Dios para crear tanta belleza.



6 comentarios:

Anónimo dijo...

Medi te hecho de menos en la 3ª trabajadera y espero verte de nuevo a mi lado.

Juan manuel

Anónimo dijo...

MOLINA:
Medina, tengo que decirle que tiene usted la facilidad de hacerme transportarme a donde usted lo desee. Y que leer esta vivencia suya, he hecho realmente que me emocione de veras, estuve allí, pero al leer esto es como si lo hubiese visto desde una nube justito encima de aquel momento que pasará para nosotros como algo tan especial, que contaremos durante todo el año a nuestros amigos lo que allí sentimos. Hasta que un día veas aparecer de nuevo ese Cristo Sentenciado que llega a la Madre llena de Gracia.
Gracias Medina por darnos tu corazón de esta manera

José Carlos dijo...

Joder Medi, has hecho que volviera a vivirlo de nuevo, pleno de sentidos.

Sabes que te aprecio.

Un abrazo

Rafael Martinez Redondo dijo...

Se puede sentir igual, más es dificil, estas vivencias sólo estan hechas para gente con un corazón tan grande como el tuyo, un abrazo hermano.

Alfonso Donoso Barella dijo...

Y quiso Dios regalarte esa facilidad de expresar todo cuanto a nosotros se nos queda en el corazón y jamás sabremos comentarlo como tú lo haces, y quiso Nuestra Madre ser tu cómplice en todas y cada una de las palabras que tan magníficamente relatan un momento que llenó de lágrimas la existencia de los presentes y así leyendo la realidad de lo ocurrido, me he vuelto a emocionar, he vuelto a recordar, he vuelto a dar gracias a Dios por poder contar con gente como tú que llenas nuestras emociones escondidas de aroma y sentimiento.

Gracias de todo corazón.

Un fuerte abrazo

Antonio M. Medina Gómez dijo...

Gracias, hermanos. Mis mejores gracias solo tienen este significado: Os quiero!!!!!!!